Nuestra historia: de un cuarto libre a Reptar Rugs
¡Hola! Soy Iván Voglino y junto a mi mamá, Susana, durante la pandemia nos tiramos de lleno al mundo del tufting. Fue una oportunidad única: yo venía del manejo de programas de edición de imagen y video, y ella con años de experiencia en el mundo textil. Se unieron dos mundos muy distintos, pero complementarios, y así nacieron nuestras primeras alfombras.
Cómo empezó todo
Arrancamos en un cuarto que sobraba en casa, comprando las máquinas en el exterior en un momento en el que todavía no era algo común. Pero las ganas de emprender eran tan fuertes y la idea nos resultaba tan encantadora, que no dudamos en tomar el riesgo.
Con el tiempo, dejamos de lado nuestros trabajos fijos para dedicarnos al 100% a Reptar Rugs. Hoy es nuestro único trabajo, nuestro día a día, y nuestra pasión.
Aprendimos solos, y eso nos hace únicos
Cuando empezamos en 2021 no existían tutoriales, cursos ni escuelas que enseñaran este oficio. Todo fue autodidacta, prueba y error, ensayo y mejora. Por eso, quizás nuestros métodos no coincidan con lo "establecido", pero no los cambiaríamos por nada.
El proceso que desarrollamos se convirtió en nuestra marca personal. Eso nos hace pioneros del tufting artesanal en Argentina, y estamos orgullosos de eso.
Un espacio propio para seguir creciendo
Hoy trabajamos en un estudio más amplio que acondicionamos con mucho esfuerzo para separar el trabajo del hogar y poder crear con más libertad. Es nuestro espacio de creación, donde pasamos la mayor parte del tiempo.
Nuestro sueño es que pronto este lugar también esté abierto al público, para que puedas venir a aprender a confeccionar tus propias alfombras, retirar pedidos en persona o ver los modelos que tenemos en stock inmediato.
Grandes marcas que confiaron en nosotros
Nuestro esfuerzo, dedicación y pasión por lo que hacemos nos llevaron a que marcas como Nike, Garzón García, Marvel y muchas más confiaran en nuestro trabajo.
Nos han elegido para crear regalos especiales para influencers, decorar stands en festivales, oficinas, o incluso para entregas personalizadas en eventos de gran escala.
Cada uno de esos proyectos fue un desafío hermoso que nos permitió seguir creciendo, aprender más y demostrar que una alfombra personalizada puede ser una verdadera obra de arte.
No importa si el pedido es grande o pequeño, siempre lo encaramos con el mismo amor que tuvimos desde el primer día.
Gracias por acompañarnos
Cada alfombra que hacemos cuenta un poco de esta historia. Y cada pedido que recibimos nos ayuda a seguir construyendo este proyecto familiar que empezó con una idea en pandemia, y hoy es nuestro estilo de vida.